¿Sos la reina del drama?

¿Sos la reina del drama?

El peor enemigo de un proyecto es el conflicto. Nos hace perder tiempo en lugar de capitalizarlo. La forma de saber si estamos entrando en ese comportamiento nocivo y en bucle, es observar cuánto tiempo dedicamos a hablar del problema y cuánto tiempo a resolverlo.

Entredichos siempre puede haber, pero convertirlos en drama significa darles mucha más entidad de la que tienen pero, por sobre todo, dedicarle mucho más tiempo del que merecen.

Al encontrarnos con un otro, que siempre es un potencial aliado creativo, si utilizamos nuestro tiempo (y el del otro) para contarle con lujo de detalles los pormenores de las trabas de nuestro proyecto estamos en “modo drama” y, lo que es peor, estamos desperdiciando la oportunidad de encontrar alternativas viables gracias a las ideas ajenas.

Para peor de males, generalmente las peleas no se limitan al hecho en sí, sino que siguen en nuestras cabezas en forma de run run permanente (lo que dije, lo que me dijo, lo que le diría, lo que me contestaría) que nos ocupa espacio mental y nos limita para pensar por fuera del conflicto. 

El modo drama comienza con “Lo que pasa es que… (justificación de por qué no estoy llevando mi plan adelante)”. Su tiempo puede ser variable. Si tarda más de dos minutos reloj el foco está puesto en el problema. Si en lugar de eso planteamos “Tengo esta dificultad ¿Cómo podríamos buscar otro camino? ¿Qué se te ocurre?” la respuesta aparece en un tris.

La próxima vez que hables con alguien tomate el tiempo. Fijate si estás hablando del problema o de la solución. Te vas a sorprender. Contame., te leo.

El peor enemigo de un proyecto es el conflicto. Nos hace perder tiempo en lugar de capitalizarlo. La forma de saber si estamos entrando en ese comportamiento nocivo y en bucle, es observar cuánto tiempo dedicamos a hablar del problema y cuánto tiempo a resolverlo.

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