Se me rompió el termo, y no hay cosa más odiosa que se te rompa uno porque no tenés en qué cebarte el mate. Hacerlo con la mano es engorroso aparte de caliente. Andar con las manos quemadas no es lo más molesto sino tener que explicarle a la gente por qué tenés marcas y que se te rían en la cara cuando les contás que intentaste llenar con agua hirviendo el cuenco de tu mano.
Por si esto fuera poco, entre la pava y el mate, el agua se te escurre entre los dedos así que terminás tomando aire por la bombilla, lo que te genera eructos y está muy lejos de quitarte el hambre como hacen los comunes, sean de yerba común o con yuyos.
Con las manos así, haciendo ruidos con la boca y fastidiosa por que me picaba el bagre, la gente me empezó a evitar así que se sumó otro problema, el aburrimiento y la soledad.
Tal angustia me llevó al insomnio por lo que me salieron ojeras que hacen juego con mis pelos enmarañados, por la imposibilidad de usar un peine como dios manda. Igual, como tengo que salir y la gente habla, uso un algún gorro.
Como no soy de esas personas que tienen sombreros porque sí, tuve que usar mi inteligencia y recordé que había una caja de cotillon que sobró de la fiesta de quince de mi sobrina y agarre el de pirata un dia, el de penachos de carnaval otro, para que no digan que siempre aparezco con lo mismo como si me diera igual y fuese una dejada.
Mi ansiedad se agudiza cada vez que veo que la gente me esquiva. Como si fuese tan tarada de no darme cuenta que cuando entro a la oficina de pronto todos empiezan a hacer que trabajan o se escapan al baño mientras cuchichean.
Mi jefe me llamó a su despacho esta mañana porque no tenía mi trabajo terminado a tiempo, pero es que mis compañeros no quieren trabajar conmigo y es obvio que no puedo hacerlo sola, especialmente porque no puedo usar la computadora con los guantes de boxeo que uso para cubrir mis manos con llagas. Comer así es otro tema, asi que opto por sopas que tomo en pajita, pero como la ley impide el uso de plasticos, lo intento directo del plato, cosa complicada con los guantes asi que la mitad siempre termina en mi camisa, esa que uso mas o menos hace dos semanas desde el asunto del termo porque me es imposible desabotonarme. Tengo partes de sopa de calabaza y de puerros en los bolsillos. Lo bueno es que esto de comer poco me hizo bajar de peso, creo que debo haber bajado unos siete kilos porque el pantalón me queda enorme y se me va bajando mientras camino. Pero tengo una técnica: me lo sostengo como puedo con los codos, lo que me hace caminar con pasos cortos y medio encorvada. Lo malo de esto es que voy mirando al suelo así que me llevé puesta la máquina de papas fritas que hay en el pasillo lo que me dejó un moretón bastante impresionante color morado en el medio de la frente. Igual eso fue menor al lado de del dia que me lleve puesto un matafuegos que me rompió la paleta frontal y un colmillo que quedó a la mitad, lo que explica por qué se me carió y está asi, un poquito negro.
Ustedes se preguntarán qué hago en las horas de insomnio, veo la tele, como es difícil cambiar de canal con la nariz, lo tengo clavado siempre es uno del cable y son maravillosas las cosas que se pueden ver a las tres de la mañana en crónica tv. Dan un programa especial de ovnis y de teorías sobre extraterrestres que me dieron las pistas para saber que hay varios de esos dentro de la oficina, especialmente en el tercer piso.
Eso trataba de explicarle a mi jefe, advertirlo para que sepa y que no lo tome por sorpresa el hecho que traten de abducirlo un día de estos si no pagan los aguinaldos a término. Pero en ese momento se le da por llamar a recursos humanos. Estaba justo contándole sobre la posibilidad de que nuestro presidente fuera un holograma cuando entraron dos hombres de blanco, me tomaron de los brazos y me sacaron de allí a empujones.
Me trajeron acá, a esta habitación insonorizada, me dijeron que espere que estaban tratando de comunicarse con algún familiar, Sinceramente no sé al familiar de quién porque los míos hace años que no me dirigen la palabra, desde que intente cocinar una cucaracha como hacen en Asia donde dicen que son muy proteicas y sin querer incendié la casa con todos adentro.
